Hablar de no encontrarse a uno mismo, no tener un propósito de vida o caer siempre en los mismos errores, es hablar de los problemas individuales más comunes a los que se enfrenta nuestra sociedad actual.
No tener dinero, o al menos no el suficiente, parece ser una de las preocupaciones que más importan para el individuo y de las que más trato últimamente en mis sesiones.
Sabes, ¿Por qué ocurre esto?
Esto se debe a creencias arraigadas profundamente en nuestra mente inconsciente.
De dónde vienen las famosas creencias.
Las creencias siempre han estado con nosotros, ya que se tratan de todo ese conjunto de pensamientos que hemos escuchado una y otra vez durante los primeros años de vida y que de alguna forma han condicionado y moldeado nuestra realidad.
Estoy convencida de que alguna vez, has pensado que por mucho que haces, sientes que no avanzas, que sin quererlo repites y repites los mismos errores una y otra vez o incluso que nunca llegarás a tener todo aquello que deseas.
Bien, todo ello son creencias.
Quizá ahora entiendas mejor por qué cada vez más personas inician el camino del autoconocimiento, por sí mismos o de la mano de distintos profesionales. Con la esperanza de encontrar respuestas a todas esas preguntas que se hacen como:
- ¿Por qué por mucho que tengo no consigo sentirme feliz?
- ¿Por qué nunca tendré éxito? o
- ¿Por qué no soy lo suficientemente bueno?, entre muchas otras.
Vamos a analizar un poco el origen.
Origen de las creencias.
Desde los primeros años de vida, las creencias están presentes, debido a que nuestro sistema nervioso tiene la capacidad de modificar su estado, creando nuestras conexiones y estructuras en función de lo que nos rodea.
Es lo que se conoce como neuroplasticidad, plasticidad neuronal o cerebral.
De esta manera, cuando somos bebés o niños absorbemos como esponjas todo lo que nos llega de nuestro entorno, sin procesar, digerir o seleccionar dicha información, ya que nuestro cerebro en fase de desarrollo necesita reconocer su entorno y no está preparado aún para evaluar o reflexionar sobre lo que va experimentando.
Decimos por ello, que las creencias se transmiten de generación en generación ya que en la comunicación de nuestros padres, cuidadores o profesores hacia nosotros, nos están transmitiendo toda la información que ellos también han aprendido así.
Potencialmente peligroso, ¿no crees?
Imagina una mamá que le dice a su pequeña constantemente que el mundo es un lugar peligroso y en el que no te puedes fiar de nadie o que el dinero es algo malo que corrompe a las personas.
¿Qué ocurrirá con esta niña en su edad adulta?
Pues que con toda probabilidad, tenga problemas de desconfianza, sociabilización o problemas relacionados con el dinero porque eso es lo que ha aprendido de su entorno.
Este ejemplo me lleva a hablarte de las neuronas espejo.
¿Qué son las neuronas espejo?
Las neuronas espejo son células neurológicas que se activan en nuestro cerebro cuando observamos a una persona realizando una determinada acción. Constituyen nuestro sustento cerebral de la imitación y la empatía, siendo así responsables de muchos de los procesos de aprendizaje, emoción y comunicación.
Somos imitadores inconscientes de todo lo que sucede a nuestro alrededor, desde un simple bostezo que se pega, a la sonrisa de un bebé al vernos sonreír, pasando por la congoja al ver llorar o emocionarse a alguien.
Entendiendo la imitación como algo muy poderoso que tenemos de forma inherente, ¿Cómo lo relacionamos con las creencias?
Seguro que ya te has dado cuenta.
El puente de nuestras creencias.
Como ya te habrás dado cuenta, las neuronas espejo actúan como el puente que da acceso a las creencias.
Este tipo de neuronas por sí solas lo que hacen es captar toda la información que rodea a un individuo, con el objetivo de aprender y automatizar procesos para no tener que estar aprendiendo constantemente, lo que ocurre aquí es que estas neuronas no tienen un filtro por el que se pueda separar la información valiosa de la que no lo es, sino solo expresado en términos generales, aquello que nos acerca al placer y nos aleja del dolor, es lo que se conoce como afectividad.
Y dado que esta afectividad depende en su mayor medida de la plasticidad neuronal, podemos decir que el cerebro actúa de almacén de toda esa información sin filtrar debidamente.
Así en la edad adulta, acostumbrados a toda esa imitación y recepción sin filtro hace que nos resulte muy complicado decidir qué nos afecta o qué no.
Y este es el primer paso para comenzar a romper las creencias.
Identificarlas.
¿Cómo romper creencias limitantes?
Como hemos visto, las creencias se instauran en nuestra mente en forma de pensamientos que no paramos de repetir una y otra vez. Por ello, es crucial empezar por identificar esos pensamientos.
Quiero que pienses en esos ratos en los que estás conversando contigo misma,
- ¿Qué es lo que te estás diciendo?
- ¿Cómo te lo estás diciendo?
Te pregunto esto porque la forma en la que nos hablamos también es muy importante a la hora de romper creencias limitantes.
Estarás conmigo en que no es lo mismo decir:
- << No soy lo suficientemente bueno >>
- << No tengo tiempo de nada >>
- << Nunca podré disfrutar de la vida porque no tengo dinero >>
Qué decir:
- << Voy a practicar/aprender para mejorar esto que quiero >>
- << Organizando bien mi tiempo llegaré a todo >>
- << Con lo que tengo, disfruto cada día de la vida >>
Diferente, ¿verdad?
Si queremos empezar a desarmar esas creencias que de alguna manera nos bloquean, el primer paso es escucharnos a nosotros (identificar) y comenzar a reformular esos pensamientos limitantes para transformarlos en afirmaciones que nos abren a la posibilidad de que si ocurran. Escribirlo, conversarlo con otra persona y hasta leerlo en voz alta te ayudará mucho más, ya que dejarán de ser un pensamiento y se volverá más real.
Además verlo en el papel, te ayudará a ver si alguno de esos pensamientos, se ha repetido con el paso del tiempo en la historia de tu árbol familiar.
Créeme que he descubierto cosas asombrosas, solo con este ejercicio.
Así es que te invito a probarlo.
Por su puesto esta no es la única manera de hacerlo mejor aún si decides trabajar con un profesional (Es el coach ontológico que se especializa concretamente en ayudarte a cambiar creencias) pero aquí ya puedes dar tus primeros pasos por ti misma.
Despídete de tus amigas las creencias. Decir adiós siempre es duro, más aún si aquello que se va, siempre ha estado con nosotros. Lo mismo ocurre con las creencias, llevan desde pequeñitas con nosotros, nos desafía el cambio pero al igual que las dulces despedidas, si sabes que la persona que se va le espera algo mejor, el dolor es más llevadero.
Me encantaría que me cuentes, si ya estabas al tanto de las creencias, si ya tienes detectadas algunas que te puedan estar dando trabajo soltar, ¿Cómo te sientes respecto a tu rumbo de vida?, sobre tu abundancia, en fin. Sumate a mi Masterclass y veamos juntas cómo incomodarlas! haciendo click aquí abajo.
Un Beso,
Caro
Artículo: Tus decisiones te acompañarán en varias generaciones