Mentes preocupadas, las prisiones del siglo XXI

Que la preocupación se ha apoderado de nuestras mentes, es un hecho. Los acontecimientos recientes que han sacudido y sacuden nuestro mundo, han fomentado de manera exponencial la preocupación de gran parte de la población mundial.

La falta de información, la sobre información, la inseguridad y la preocupación, se han convertido en sólidos muros para construir nuestra propia prisión personal y por ende hacer de nuestra creatividad un cuesta arriba.

Solo en nuestro entrenamiento mental se encuentra la llave para escapar de esta prisión y conseguir la abundancia al margen de todo lo exterior.

Pero vamos poco a poco.

¿Preocu qué?

La preocupación en definición sencilla, es una cadena de pensamientos e imágenes mentales con alto contenido negativo y que resultan a priori incontrolables.

Y si… Serían todos aquellos que pasan por tu mente frente a una situación sobre la que no tienes el control total.

Para verlo aún más claro, los procesos mentales negativos incontrolables e improbables serían el pasto en el que pasta nuestra preocupación.

Pero yendo un poco más hacia el fondo, vemos que la preocupación actúa como un escudo tras el que nos protegemos del peligro, del miedo y de la incertidumbre. Y este escudo lamentablemente, se ha hecho cada vez más fuerte  durante el confinamiento provocado por la pandemia de la Covid-19.

La Covid-19 como caldo de cultivo

Nos guste o no el confinamiento, ha dado rienda suelta a nuestros pensamientos negativos y de alguna forma a procesos de preocupación colectiva sostenida durante más meses de los que hubiéramos imaginado.

Pero, ¿qué es lo que ha ocurrido realmente en lo más profundo de nuestra mente?

Que el aislamiento obligatorio así como la falta de soluciones específicas por parte de quienes nos gobiernan, han desencadenado en una preocupación que con el paso de los días/meses se transformó en miedo. Y el estado de miedo hace que nuestro sistema límbico y nuestro cerebro reptil o primario entren en acción.

Como seres humanos, necesitamos percibir todo lo que tenemos a nuestro alrededor y la falta de estos estímulos nos genera estrés e inconscientemente entramos en alerta, y esto a nuestro cerebro reptil le encanta.

Al estar en alerta constante:

  • Nuestra energía se reduce.
  • Perdemos capacidad de reflexión.
  • Somos más proclives a tomar decisiones impulsivas.
  • Y por ende somos mucho más influenciables.

Un bonito cóctel molotov, en resumen.

Pero como diría Willy ¿Ha llegado el fin?

Ni mucho debemos hacer caso a Taburete y caer en la botella. A pesar de que esta crisis mundial ha sido compleja, si analizamos la historia, no deja de ser otro ciclo económico más, en el que como individuos podemos caer o de lo contrario aprender.

Y digo aprender, porque este ciclo de crisis no es un hecho aislado, probablemente antes de que dejemos este mundo tengamos que afrontar como sociedad y por supuesto como individuos más ciclos como este. Por ello debemos estar preparados mentalmente, desarrollar nuestra capacidad de adaptación y sobre todo tener una gestión emocional de alto nivel, solo así podremos atravesarlos desde un lugar más imperturbable.

Te habrás dado cuenta de que he introducido un par de conceptos nuevos, adaptabilidad y gestión emocional.

Adaptabilidad, hace referencia a la capacidad de fluir frente a los cambios o dicho de otra manera estar preparado para transformar los contratiempos en oportunidades. Seguro que has visto o incluso conocido personas que durante esta crisis de la pandemia, tras haber perdido su trabajo o sus fuentes de ingresos, no se han paralizado por el miedo sino que han aprovechado la oportunidad para reinventarse profesionalmente y de ahí que el mundo del marketing digital haya crecido exponencialmente.

Esa es la clave de la adaptabilidad, aprovechar al máximo las oportunidades que otros no pueden ver.

Por otro lado, ligada íntimamente con la adaptabilidad está la adecuada gestión emocional. La adecuada gestión emocional no es un proceso digamos sencillo, ya que implica cuestionar todo aquello que durante años hemos aprendido tanto conscientemente como de forma inconsciente. Es lo que se conoce como nuestras creencias.

Cambio de creencias como puente hacia la gestión emocional

En nuestras creencias reside todo nuestro potencial. Saber detectar cuales de esas creencias nos ayudan y cuales nos limitan es el paso más importante para despertar el potencial dormido de todo individuo. Por ello, debemos comenzar a preguntarnos por qué pienso lo que pienso y si esos pensamientos realmente son realmente así o de lo contrario son fruto de todo lo que he escuchado y aprendido durante años.

Seguro que te sorprenderás haciendo este sencillo ejercicio un par de veces al día, descubrirás qué creencias te están limitando por ejemplo respecto del dinero, el trabajo,  la familia, o sobre ti mismo. Una vez detectadas, será mucho más simple realizar un cambio sobre ellas.

Al igual que antes hablé del crecimiento del marketing digital, ahora te hablo del sector del Coaching y del desarrollo personal.

¿Por qué? Te preguntarás.

Pues porque cada vez más personas están despertando e indagando en ese potencial dormido que todos tenemos. Así, cada vez son más los profesionales que se forman y especializan en distintas ramas del Coaching, la Descodificación, las Constelaciones, la Programación Neuro-Lingüística y la Neurociencia en general. Todo ello debido a la demanda de personas que comienzan a detectar que algo no les está dejando avanzar y liberarse, lo que te decía antes del despertar.

Despierta de una vez tu abundancia

Todo de lo que te he hablado hasta ahora, forma el camino que ha de seguir cualquier individuo para despertar su abundancia. Y no me refiero a una abundancia material únicamente, sino en el amplio sentido de la palabra, porque si aún no lo sabes, todos somos abundantes desde que nacemos.

La abundancia hace referencia a ese estado de plenitud en que tenemos todo aquello que necesitamos para satisfacer nuestras necesidades básicas. Aunque ahora mismo no lo creas es posible conocerte, estar saludable, estar feliz y tener ingresos, porque eso es la abundancia.

Pero para llegar a ese estado, hemos de asumir cambios para los que quizá necesitemos entrenamiento, por ejemplo, algunos de ellos son:

  • No resistir la adversidad pero en cambio adaptarse a ella.
  • Estar en un modo de aprendiz continuo (esto no quiere decir que debes estar de formación en formación).
  • Explorar tu ser. Esto es autoconocimiento, qué te hace sentido, conectar con tu claridad, seguridad.
  • Transformar creencias como lo que crees de la confianza en ti.
  • Atender a tu respiración que te mantiene en estado presente y estimula el equilibrio mente – cuerpo.
  • Practicar ejercicio a diario que ya sabes libera sustancias como la dopamina, la serotonina y la endorfina.
  • Llevar una buena alimentación. No sólo por tu salud sino también por la energía disponible que te provee.

Estos son algunos de los hábitos óptimos en tu día a día para favorecer tu abundancia. Y algo importante a resaltar es que los seres humanos somos gregarios por naturaleza, por ello establecerse en el individualismo o en la vergüenza de pedir ayuda, te puede llevar al «cargar con todo» y agotarte, esto a la larga puede ralentizar el camino al despertar de tu potencial.

Si has hecho el ejercicio y ya has detectado alguna creencia que te está limitando, aquí te dejo la invitación a mi masterclass para que guardes tu cupo, de manera gratuita y puedas dar el paso hacia la abundancia que anhelas.

Sumate a mi Masterclass: 3 Pilares para fluir en abundancia

3 Pilares para desbloquear tus historias transgeneracionales y creencias para fluir en abundancia. Cupos limitados.

Nos vemos!

Caro.

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